lunes, 12 de marzo de 2012

Ser mujer hoy

Hace un tiempo me planteo qué es lo "correcto" como mujer. Como ejemplo para otras mujeres, más chiquitas, diferentes. Como pares y como contrarias en situaciones cotidianas. Con mirada crítica y palabras de apoyo.
Comer todo lo que me gusta? Cuidarme? Maquillarme cuando tengo ganas? Estar siempre natural? Ponerme la ropa que me gusta o sólo la que me queda bien? Y si la que me queda bien es vieja? Y si lo que está de moda me repugna?



Por casualidad me topé con el blog de Sonia Sanchez http://cualestuputaesquina.blogspot.com/
Aviso que es FUERTE. Fuerte porque duele leer el dolor ajeno, sentirlo propio. Hay relatos que dan ganas de llorar, te generan un nudo en la garganta, en el pecho, en los ovarios. Te cierran completamente a todo y te hacen plantearte qué hacés, como mujer e individuo parte de ésta sociedad, para que la vida sea más justa. No sólo para vos, para TODOS.
Entonces me imagino que ser gorda porque me gusta comer, mi genética me predispone y la verdad no quiero ponerme a llorar porque tenía muchas ganas de hacer algo y me lo prohibo para que desde afuera me digan "ah, qué flaquita estás, qué linda!" no es algo malo.
Me imagino que no dejarme boludear por un tipo X que cree que por ser varón ya sabe más que yo, entiende mejor y todas sus opiniones son mejores y de mayor contenido, tambien es justicia.

Sacar un papelito publicitando prostitución en un "privado" es una reacción. 
Yo no quiero que haya mujeres que digan "no me queda otra". No quiero que haya mujeres que crean que es más importante tener alguien que te la meta que ser feliz. Me fastidia esa facción femenina que opina que mejor estar con alguien, porque "nos da miedo estar solas".

NO. Yo no soy todo eso que plantean. Si un día quiero perfumarme, lo hago. Pero no es una imposición. Otro día quiero ponerme una remera, una calza y no peinarme, y lo hago. Por qué mostrarnos siempre hermosas y perfectas, aún cuando no tenemos ánimos de estar hermosas y no queremos ser perfectas?
Yo no soy de esas que se cuidan para agradarle al novio, porque si no el novio se va. Si tu pareja te deja porque engordaste, entonces era un boludo o boluda.
No podemos ser rehenes de la sociedad de consumo, de las frustraciones familiares, del lugar en el que nos ponen otras mujeres, del miedo ajeno. Qué es eso? Qué es eso de señalar a la mujer que se realiza un aborto? Qué es eso de señalar a la madre que no puede estar con su hijo? Qué es eso de señalar a la mujer que no puede parir? Qué es eso de señalar a la gorda por gorda, a la negra por negra, a la fea por fea, y así hasta el final de los tiempos y de la gente...
Eso de que siempre tenemos que emocionarnos. O que debemos ser fuertes, porque somos los pilares. Todas esas cosas inconclusas, sin sentido, que nos tiran por la cabeza para que las atajemos. Y abajo de todo, muy abajo, muy al fondo, lo que somos, acallado por tantas voces que gritan lo que debemos y no debemos ser, en función de nuestro tiempo histórico, nivel social, educación, etc.



Ser mujer hoy es ULTRA jodido. Porque si sos madre, ah, fuiste madre. Porque si no tenés pareja, ah, no tenés pareja estable. Porque si sabés hacer los quehaceres del hogar, ah, sos casi una esclava. Porque si no sabés ni prender una hornalla, ah, qué poca mujer.
Qué desastre, la verdad. Tener que poner en las estanterias de nuestra mente cada ítem para lograr tener un espacio acomodado, para poder seguir sumandole elementos positivos a nuestras vidas. Que nuestro caos coordinado se resuma en "a ésta le vino" o "se nota que no te la ponen".



A veces siento a todo el mundo muy pequeño y muy básico y me da muchísima pena. Quiero llorar porque me imagino el futuro que le espera a mi hija y me dan ganas de gritar que el mundo está perdido y tirarme por un barranco. Pero si nosotros no empezamos a REBELARNOS y REVELARNOS, a ser diferentes para ser tal cual somos, a mostrarnos con imperfecciones y con aciertos, con errores y con inseguridades, con fortaleza - que nos sobra- y tambien a veces débiles porque todo esto nos afecta.


Imagino que leer el blog de Sonia probablemente les haga plantearse muchas cosas, en profundidad. No es sólo una crítica a la sociedad que prostituye desde nuestras ideas hasta nuestro cuerpo: es una mirada real y personal acerca de lo que nos rodea, algo cierto, tangible, que duele como debe dolerle a un bebé respirar por primera vez.
Pero despues todos aprendemos a respirar, y todos seguimos viviendo. Y todas deberíamos poder seguir y ser y hacer sin aflojar en concesiones estúpidas o en mandatos añejos.

Es nuestro momento, porque vivimos ahora.

viernes, 27 de enero de 2012

Mundos diferentes

Vivo en medio de mundos diferentes.
Por un lado, trabajo por mi cuenta, con mis tiempos, desde mi casa la mayoría de las veces. Por otro lado, trabajo en la noche, y muchas veces me invitan o debo ir a eventos nocturnos en donde forzosamente tengo que contactarme con gente que poco tiene que ver conmigo.



Quisiera decir que soy una mezcla de ambas cosas, pero no es así. Sinceramente, soy más parecida a alguien tranquilo que ocasionalmente tiene la oportunidad de pasar música, algo que me hace muy feliz, pero que me obliga a codearme con aquellos que yo denomino "posers".


Ok, ya hablamos de ellos. Pero quiero contar algo desde otro lado.
Ayer fui a la presentación de Kekanto Argentina, invitada por Marina Ponzi. Llegué tarde a La Fábrica del Taco y la gente ya estaba agrupada, charlando, comiendo y bebiendo en un patio mexicanísimo y muy bonito. Me es difícil hablar con quienes no conozco, así que saludé a Marina y me puse a twittear dónde estaba y demás. Reconocí a un par de personas que sigo en esa red social, pero claro que no me animé a hablarles.



Qué linda es La Fábrica del Taco!


En un rato de estar ahí, se me acercó gente y realmente la pasé muy bien. Descontando que la mayoría ya se conocía de otros empleos, vivencias comunes y demás. Me sentí fuera de lugar un par de veces, pero me reafirmé en la idea de que debía estar ahí por muchas razones (laborales, principalmente). Disfruté esa hora y media, y partí con alegria a le Bar a ver a *Terribles Enfants, la segunda banda de mi macho.


El evento en su apogeo

Entrar en Le Bar fue como un golpe de aire caliente cuando salís de un lugar acondicionado. El ambiente y el local son lindos, lo que me fastidió es LA GENTE. "La gente" como las chicas que hablaban de sambar en el baño, que se miraban la ropa una y otra vez, los jovenes cool que tomaban tragos caros pero usan remeras del Ejército de Salvación, los músicos cancheros que va al baño a esnifar talento en polvo y no agradecen.  Ese tipo de gente que no te mira, que cuando pasás por al lado tenés que hablar en voz muy alta porque para ellos no existís. Si no sos igual, o estilísticamente superior, directamente no te registran.
Es tanta la mediocridad que se respira en un lugar en el que sólo se aparenta, pero jamás se es, que salí bastante aliviada de ahí. No estar adentro era genial. Es más, ni la puerta zafaba, no estar en el radio cercano de esas personas me pareció sano.
Lo recatable de la noche fue, con seguridad, el recital poderoso de los Enfants con Pax como bajista invitada, donde tanto Juan como Seba mostraron lo que valían y nos dejaron pidiendo más. La próxima queremos bis!!!

Con todo esto que me pasó, me planteé algunas preguntas: cuántas personas nos dicen que el mundo laboral es malo y feo? Que cuando trabajamos perdemos algo de nosotros? Pero qué hay de individual y único en ver repetidos los mismos vestidos, los mismos peinados y las mismas miradas vacías en una noche apócrifa? Y qué tiene de malo hacer realmente lo que te gusta y disfrutar en compañía de gente que acciona de la misma manera?

Finalmente, desde cuándo poder hacer lo tuyo es menos que parecer que sos algo o alguien?

martes, 20 de diciembre de 2011

2001 - 2011

Pensé en titular de otra manera ésta entrada, pero no. No me parece que haya palabras para comenzar una apreciación o experiencia, como quieran llamarlo, acerca de lo que pasó hace 10 años. Sólo números, fríos y claros.


En diez años las cosas cambian mucho. La gente se recibe del colegio, tiene hijos, tiene parejas, se pelea, convive con alguien, fallecen familiares, deja amigos y genera proyectos. Tambien modifica actitudes y se pregunta muchas cosas. Se define y se queja de lo que pasó, lo que pasa, y lo que pasará. 


Hubo, hace una década, un sector que decidió hacer algo. Pero quiénes integraban a esa masa enojada, molesta, que sentía que estaba lastimada y que el gobierno de la Alianza les estaba echando vinagre y sal sobre las heridas?


Procedo a contar: yo tenía 17 años. Recién me había recibido del secundario. El verano de 2001 fue mi ingreso a una pequeña adultez: no me dejaban ser tímida, mis amigos me invitaban a lugares, empecé a empaparme del mundo gay en su esplendor familiar, me protegían. A la vez, definí cómo quería ser (estética y socialmente hablando) y pude encontrar otras personas con mis intereses. Unos amigos me soltaron la mano, y con ese rechazo conocí la independencia, y me valí por mí misma. Había fallecido mi abuelo y estaba de frente a la muerte cercana, al cuidado de mi abuela y a la rebelión adolescente en su pico. Había querido hacer mucho, en el plano del compromiso social y político desde la secundaria, y las trabas venían desde los directivos. Entonces me volví muy hastiada de todo, me cansé de lo que pasaba.


Los jovenes en la entrega de diplomas...
En diciembre había comenzado a trabajar en un bar en Av. de Mayo casi Tacuarí. El dueño, Jorge, era un viejito copado que, se decía, toqueteaba a las chicas. A mí siempre me respetó y jamás me propuso ni intentó hacer nada impropio. 
Trabajaba viernes y sábados, algunos jueves y domingos. Mi función era, sencillamente, servir lo que me pedían de las mesas (pocas) e informar acerca de las movidas nocturnas que rodeaban esa zona. Con mi conocimiento de inglés y la lenta llegada de los backpackers al país, pude contar con un éxito relativo y estaba contenta. En fin, me valía por mí misma, y tipo 3 y media, 4 de la mañana, podía ir a bailar, y entraba gratis. Antes las previas no duraban hasta tan tarde.


El día que se declaró el estado de sitio, miércoles 19 de diciembre, yo estaba mirando la tele con mi abuela. Mi abuela Isolina que tenía terror a que saliera a comprar a la calle porque estaban saqueando y no sabía lo que me podían hacer. El poder de la prensa: en Gerli - Avellaneda no se saqueó ningún supermercado, ni robaron para comer. Pero mi abuela me cuidaba. Salí a la puerta, hacía calor y el cielo estaba medio raro, no gris pero tampoco azul. Miré para ambos lados de la avenida, y la vida seguía girando.
El viernes tenía que ir a trabajar. "No va a haber nadie" me dijeron en casa. No importaba, yo no me quería quedar ahí. Se respiraba un aire de que ya no ibamos a ser más libres, que mi recién nacida libertad iba a morirse encerrada. Me tomé el colectivo (casi vacío) y llegué a Av. de Mayo. Caminé al bar: estaba con las persianas bajas, pero con gente adentro. Jorge me dijo que no iba a haber más movimiento que ese, que fuera a bailar si quería. Tambien me dijo que me cuidara, y que no fuera para el lado de la Plaza. "Ves esos canas? Bueno, son amigos. Si te pasa algo, venite corriendo para acá". En la esquina, los policías que cuidaban el local y sus alrededores me saludaron con la cabeza, mientras Jorge los señalaba.

Pregunté si Requiem abría. "En un rato" tiró seco el único patova en puerta. Estaban esperando que llegara gente, como siempre. Pero en cuanto llegaban, los hacían pasar, y cerraban la puerta. Fui a 9 de Julio. La avenida estaba vacía y había mucho silencio. Miraba para el lado de Plaza de Mayo, y recuerdo que estaba todo oscuro. No había bares ni kioscos abiertos. Me sentí muy valiente por estar ahí, pero a la vez, muy angustiada. Era como estar en la nada. Era como un comic de fin del mundo, apocalíptico. 
Sorpresivamente, aparecieron dos amigos. Me invitaron a tomar una cerveza con ellos. En la calle. Ellos se sentaron en el piso, yo me quedé parada. Pasó un patrullero, me quedé dura. Pensé "ahora me llevan presa, no tengo documentos, tengo la denuncia nada más". Pasaron. No podía creerlo. Mis amigos (uno de ellos, Pablo, que me cuidaba como a una hermana) me dijo "quedate tranquila". Se iban a la casa de un amigo, yo iba a Requiem. 
Entré y se cerró la puerta. Abajo había gente, estaban dando videos en pantalla gigante. Me acuerdo que me apoyé en una columna y miré "Repetition" de Information Society y "Loving the Alien" de David Bowie, juntos. No me olvidó más. Sentía un vacío tremendo y que cada nota me traspasaba. No entendía bien qué hacer ni cómo. Ya nada era igual.


En los 90's mi casa estuvo devastada. Despidos compulsivos, falta de oportunidades, trabajos esporádicos, necesidades. Allá por el '98, las cosas fueron tranquilizandose. Si hubiera tenido 18, hubiera votado a la Alianza un año antes. Confiaba en ellos. No quería más el modelo patético de los 90's, no quería ver como todos los días eran un "zafamos". No podíamos construir nada: ni proyectos, ni esperanzas. 


Ese diciembre de 2001 fue una vorágine. A mí me enojaba saber que los saqueos tenían la firma de Duhalde. Ver que había gente que robaba para comer y otros (los buitres) se llevaban televisores y cajas con sidra y cerveza. Tambien esa cosa de cacerolear enfrente al Alto Palermo, gente que antes no daba dos centavos por el que le revisaba la basura, ahora se abrazaba a la causa popular. La pantomina del clasemedio cuando le tocaban el bolsillo, pero que siempre cuidó su campito y se cagaba en el esfuerzo y la necesidad ajenos. 
Si, estaba llena de preguntas y la injusticia me enojaba más. Era ira, ira contra todos esos que durante tanto tiempo hicieron del deme 2 un dicho popular, mientras el grueso de la población se moría de hambre, se moría por dentro, se le moría la dignidad en el pecho cada vez que hacía una cola para conseguir trabajo y no los tomaban. Esa cosa insensible, que hoy tambien está presente. Eso de mirar al costado cuando nos obligaban a estudiar cosas que sabían no nos iban a sevir, y que nos obligaban a ser empleados mal pagos sin contrato ni cobertura. Gente de segunda, tercera, cuarta clase. Pero gente.
Murieron jovenes y no tanto. Esos políticos que hoy se llenan la boca desde la oposición hablando contra el gobierno democrático en el que vivimos, saben la gente que se cargaron? Cómo dormirán por las noches, sabiendo que diezmaron de sueños a una generación y se llevaron a varias personas a violencia y bala?


La misma gente, ayer, hoy y siempre
Saben cómo me doy cuenta de que las cosas han cambiado?  Porque ahora podemos desarrollar ideas, tener proyectos. Vemos algo que se puede mejorar, modificar o crear, y lo hacemos. SE PUEDE. Hace 10 años, lo único que podíamos hacer era tener miedo, tener bronca, tener lástima. 


Ya nada me asombra del mundo. Chicos que no saben qué pasó en 2001. Adultos que se quejan desde sus autos, yendose a la costa, que olvidaron cuando hacían trueques. Universitarios que, desde su amplio conocimiento, repiten sin pensar. Esa gente, tuvo pasado? Alguien los instruyó? Nadie les mostró la vida?


Creo que debemos comprometernos con nosotros mismos, para que nada de esto se repita. Señalar los errores, no callarse más. No dejar que la olla a presión estalle, tomar punto por punto lo que no nos gusta y decir "ésta es la razón". Tener fundamentos para quejarnos. No dejarnos humillar, ni por el de arriba, ni por el de al lado.


Disfrutemos, ahora que podemos, de la dignidad. Aprovechemos, ahora que la tenemos, de la posibilidad de proyectar. Generemos desde adentro, sostengamos lo que nos costó.


En 10 años la gente cambia mucho, pero mucha gente sigue igual. Está en nosotros luchar cotidianamente para no ver más chicos con hambre, gente en la calle, personas que sufren.                                    

sábado, 3 de diciembre de 2011

Desde cero

Empezar desde cero es siempre complicado, pero se hace.
Lo hicieron los inmigrantes, los perseguidos, los castigados por las crisis, los que decidieron que eso no les servía o les hacía mal, aún cuando la comodidad pudo haberlos calmado y sedado. Tambien los desesperados y esos a los que no les quedaba otra, como a mí ahora.

Empezar desde cero tiene mucho que ver con estar desprotegido, pero tambien con generar nuevas cosas. Es muy parecido a modificar algo que estaba tan mal que había que eliminarlo. O a que te tiren un baldazo de agua fría. Es todo eso y más, pero ante todo, es generar todo de nuevo, una oportunidad de, tal vez, hacer bien algo que no nos dejó del todo conformes y seguir avanzando en el camino correcto.
Ante tantas subjetividades, es natural perderse. Me imagino estar ante un abanico de posibilidades preguntandose cuál elegir, y que todo se base en TU opinión o experiencia. Miles de voces de afuera te pueden decir cualquier cosa, pero es innegable que la decisión debe ser tuya, a como de lugar.


Let's go ahead!


La frase que escuché estos ultimos días fue "Cuando Dios cierra una puerta, abre una ventana". Me imagino que pensandolo en términos de algo superior, se vienen grandes cosas para mí y me tengo que ir preparando bajando los decibeles laborales que estaban más que al máximo. Por otro lado, es una buena época para hacer otras cosas, más personales, así arranco el 2012 con todo. Pero subyace la sensación de que no hice las cosas bien o me faltan resultados. En fin, hay que confiar en lo que está hecho y lograr buenas bases para lo nuevo. Qué será? Seguramente lo que yo quiera y pueda hacer.


Cuántas veces tuvieron que empezar desde cero?

viernes, 25 de noviembre de 2011

Hola, traigo los estereotipos

En una sociedad tan afecta a etiquetar para quedarse tranquila sabiendo qué es lo que tiene enfrente, es hasta natural que haya algunos que busquen homogeneizar criterios con el fin de no usar el cerebro.
En ese sentido, lo peor a lo que me enfrento diariamente es al estereotipo de mujer. Qué, cómo, cuándo, porqué y todas esas preguntas que avalan mi género como "femenino", siempr e y cuando las respuesta sean del agrado del interlocutor, claro.
Que la mujer es amiga, pero envidiosa. Que la mujer es hermana, pero mala. Que la mujer es bella, siempre y cuando sea flaca, tenga linda piel y use la última ropa. Así que sos mujer y no tenés hijos? No puede ser, tenés un problema. Sos mujer y no querés casarte? Claramente sos una puta. Sos mujer y trabajás a la par de los hombres? Además de atorranta, seguro que sos torta. Y así sigue la lista, hermosísimamente erróneos parámetros para medirnos, preciosos argumentos inválidos para sostenerlos.
Hay gente que sigue diciendo que no deberíamos hacer muchas cosas que demostramos realizar igual o mejor que los humanos masculinos que nos rodean. La respuesta es "pero vos sos mina, no podés". Ok, SI PUEDO.
Tiene que existir una fecha para que muchas personas (incluídas mujeres) recuerden que somos seres humanos que sentimos, sufrimos, disfrutamos, trabajamos, y ante todo, merecemos respeto y aceptación. No deben tolerarnos quienes no nos soportan, deben aprender acerca de lo que somos y respetar nuestras diferencias.
Nos pegan, nos lastiman, nos obligan a tener hijos, toman a esos hijos de rehenes, nos molestan, nos humillan, nos insultan, se burlan de nosotros, nos convierten en objetos de consumo. Siglos de damas que pasaban de la mano de sus padres a la de sus maridos, de lapidadas, de vírgenes violadas, de despertarse antes a cosechar, a prender el fuego, a cocinar, de ser víctimas y de estar olvidadas, tienen que terminarse. Hay que parar con esto. Hay que ejemplificar.
Qué es eso de no poder comer lo que me gusta, pintarme los labios de tal color o salir con X persona? Por qué permitimos que la sociedad nos encierre tanto?


Esto me lleva a Rio Sabean, un fotógrafo que hizo un proyecto con típicas imagenes pin up, pero con hombres. Y qué sería de un hombre al que le decís "che, te vas con esa hoy? No ves que quedás como una puta?" o "hay que ponerse a dieta o vas a quedarte solo el resto de tu vida". O "ahora que embarazaste a una mina, te la bancás. Te quedás con el bebé". Si en una de esas queda en evidencia lo estúpidamente estrecho del pensamiento, qué harían los hombres? Y si no fuera un logro meterse con todas las minas? Y si ponerse ESA remera les hiciera ganarse los comentarios burlones de todos los amigos? Si charlar con un amigo fuera sinónimo de salvaje sexo homosexual? 

No me tomen en serio, soy sólo chico! Ji ji!

Podemos hacer algo. Las mujeres somos lo que somos. No mejores, no peores. Tampoco iguales. Somos diferentes, y eso debería ser celebrado. Podríamos ser mejores, si, si nos pusieramos como meta que no nos interese nada lo que nos imponen, la libertad de sentirnos plenas frente a quienes vengan. Vivir plenamente nuestra sexualidad, amando o sintiendo atracción por quiénes queramos. 

Finalmente, un día nos morimos. Y yo no sé si hay vida despues de ésta. Hay que disfrutarla y sacarnos los uniformes impuestos.

viernes, 4 de noviembre de 2011

Estuve ahí


Uno de mis lugares en la web es geeks.ar, una página en Facebook que creó Diego, y bancamos desde el día 0 Cristina y yo. 

Gracias a geeks.ar pude conocer a mucha gente y contactarme con personas de todas las edades y situaciones. Es lindo compartir algunas cosas, pero más que nada, poder ver que tu realidad puede ser similar a otras, o que tu realidad no tiene nada que ver con otras. Tanta variedad de humanos y a veces nos quedamos pensando, sintiendo completamente solos y aislados...



El miau ya no hace falta
En definitiva, hoy Agustín linkeó en el muro de geeks el último post de Hyperbole and a Half, un gran blog hecho por una mujer. Y cuando digo "gran" me refiero a GRAN. Allie Brosh es una genia que te puede decir las cosas más obvias con una visión que es lo menos obvio del mundo.
El post  en cuestión es éste: http://hyperboleandahalf.blogspot.com/2011/10/adventures-in-depression.html (aviso que está en inglés, si bien sencillo y coloquial, en una de esas se necesita un Google Translate para seguirle la onda).

No pude más que sentirme muy identificada con Allie. Todos, en algún momento, estuvimos ahí. Más o menos tiempo, más veces que otros, pero sí. De todo el espectro colorido y monstruosamente variado del que somos parte, no sé si podemos encontrar un sólo matiz que diga "no, yo siempre fui feliz".
Hasta hace poco estuve en esa movida bizarra de sentirme muy mal y no ver más que un futuro de tristeza y bajoncio por donde fuera. Hasta mis intentos de salir de esa situación  me hacían sentir más fracasada y angustiada, lo que vuelve muy difícil "salir". Más que nada, porque estamos inmersos en una sociedad resultista cuyo fin es que haya más aptos adelante (puede significar gente muy inteligente y capaz o gente con plata, o gente con merca, según) y que el resto de nosotros, a los que nos cuesta un poquito más, perezcamos en la más concreta miseria personal. La pobreza de espíritu es mucho más complicada de manejar que la económica, y cuando te ponés mal, tu espíritu vale lo que un caramelo Media Hora que cayó al piso y fue masticado por un perro cualquiera dela calle, esos que tienen un poquito de sarna y cara de pocos amigos.

Y me di cuenta de algo. A veces la sensación de que nada está bien y todo se va al demonio es nuestra, no fomentada por nadie más que por nosotros mismos. Y los únicos que, en un momento, tenemos que ponernos un límite somos nosotros tambien. Es muy loco que unos cuantos gramos de cerebro nos pongan de una u otra manera, que las reacciones químicas bizarras de nuestros cuerpos disparen las más diabólicas ideas y nos conviertan en entes tan tristes que no podemos hacer más que seguir tristes.
La onda es que tengo un genial corte de pelo y ganas de hacer cosas, lo que me impide abiertamente ponerme mal. Hasta que las cosas ya no te importan tanto todo te duele. Despues de eso, viene la liberación.
Así que se puede salir de Ciudad Depresión en el monoriel de lasuperación personal. Ese tipo de logros te hace sentir tan superhumano que de acá, a la capa y los comics de acción.

miércoles, 12 de octubre de 2011

La política como producto

Allá lejos y hace tiempo la política era un tema de convicciones, de cerrados conceptos, de enemistades y diferencias insalvables.
Hemos crecido como sociedad, y hoy la política es otra cosa. Es un bien de cambio, algo que se vende mediante publicidades, que ávidamente consume una masa perdida en tener lo que sea antes que en saber o entender qué tiene finalmente entre sus manos.
Con el poder que el voto le da a la sociedad toda, es triste ver cómo se diluye en frases pergeñadas por publicistas inescrupulosos, a los que les da lo mismo vender medicamentos para la tos, fideos, inmuebles, yogures o tampones. Y, por supuesto, la gente compra como si de esas frases hechas y obviedades estuviera hecho el elixir de la vida eterna y la solución a todos los problemas.

Lo peor de todo es cuando se pasa de la discusión vehemente al ataque sin sentido, al insulto vacío fruto de la bronca por no tener la razón. Se puede reconocer el error, se pueden ver las posibles mejoras, pero no! En política te ponen rápido la etiqueta y despues te transforman en carne de cañón y la violencia no tarda en aparecer. 
Como si no fuera suficiente haber vivido las épocas más apáticas y corruptas de la democracia, y siendo parte de una generación de huecos que habían hecho bandera del "que se vayan todos" (sin plantear qué era lo que tenía que venir y reemplazar a lo viejo, y sin comprometerse a cambiar ese presente oscuro), ahora nos vienen con palabras de manual a querer vendernos nuestras propias sombras. Los espejitos de colores de los españoles, pero en versión 2.0. En la era de la comunicación, nuestras voluntades son oro y plata, y sus promesas los "regalos" de un nuevo mundo posible en la imaginación de quienes no pueden ver ahora que el cambio es posible, si se trabaja.
A las fotos photoshopeadas hasta el asco se le agregan spots publicitarios irrisorios, que tratan de englobar a la mayoría, pero que se olvidan de brindar una plataforma, una idea, un proyecto de gestión. A las convicciones las suplantan las volubles palabras del candidato de turno, que lo mismo insulta a su opositor como engaña al público con datos poco claros o falaces. Todas soluciones mágicas y ninguna propuesta seria. 
Con esto nos encontramos a días de la votación más importante para nuestro país. Hay gente que sigue quejandose porque los obligan a votar. Hay gente que sigue enojada porque no le va mejor. Hay gente que simplemente envidia y no puede contener un peligroso deseo de clases, de querer pertencer allá arriba, donde nada los puede tocar. Pero llega el momento en el que nuestra piel social se sensibiliza y tenemos que estar a la altura de las circunstancias. Y éste momento es en el que debemos recordar lo que nos costó poder llegar a discutir con libertad, quejarnos si lo deseamos, o simplemente hacer nada.

Si resta decir algo, es sólo que la información nos hará libres. Debemos investigar para saber y tomar una decisión que nos deje conformes y tranquilos con nosotros mismos.

Lejos de ésta realidad hay otras, a veces con una pared de por medio. Acerquemos las diferencias para enriquecernos y no perdamos de vista que somos responsables de esto, y de todo lo que venga de ahora en más.